La teoría espiritual para algunos es un servicio de cabotaje, que tiene una ida y vuelta en la pasarela del pulpito, dependiendo de la interpretación del ministerio de turno, y como entre sombras marcando otros caminos se multiplican hombres idealistas dentro del cristianismo, que buscan licuar el mensaje, como si se pudiera fragmentar la palabra como un objeto en una subasta al mejor postor, pero están muy equivocados los que piensan así, no se puede vaciar el evangelio, porque es una fuente inagotable y es ahí donde mi pluma se cruza, no para desconfiar de la razón de la fe, si no para dejar en evidente por la palabra, las acciones colectivas raquíticas de los mensajes de color gris, que son vidriadas como verdades sin serlos.
Los misterios del Reino, están deambulando como canjes, pero la ley de Dios no acepta esas practicas, porque aunque algunos medios gospel amarillistas titulan que la verdad necesita cambios, guionando un libreto, que baja línea mostrando que el sistema ha aplanado la cruz dejándolo en default, la realidad es que el evangelio no ha perdido vigencia, su verdad esta en justo peso, y eso es lo que da equilibrio a los que dan razón en defensa de la fe, por eso siempre habrá hombres íntegros con la constitución del evangelio para legislar, siempre habrá voces que manifestarán que no se puede sustituir a la plausible conjeturas como sana interpretación espiritual, porque el criterio de la enseñanza tiene que tener raíz en las escrituras, todo fuera de ella es sustento momentáneos maquillados como lo diferente de Dios, y no es una apología a no recibir lo nuevo que Él tiene para nosotros, porque los suyos sabemos que esta la promesa de recibir lo que oído no oyó, ni ojos vio, pero también sabemos que lo que proviene de Él debe, tiene y esta dentro de lo establecido por su palabra, todo externamente de ella, es una amalgama bien moldeada para los que usan la verdad como un patrimonio ordinario, y aquí envaino por un instante y remarco con énfasis para los religiosos que hacen cirugía de mis palabras, sepan que estas palabras, se fundamentan en su palabra y ella es mi escudo para estar parado en la línea de fuego.
Lo que se aprende tiene que estar anclado en las escrituras, para no ser llevando por las camaleónicas doctrinas acomodadas al sedentarismo del crecimiento espiritual express, mutando el redil ha una jaula del vale todo, aquí no hay semáforo verde, no se puede pasar esa línea, lo permisible prohibido es contraproducente, el espíritu de la semilla debe ser probada, su fertilidad no debe ser manipulada con nada artificial, porque si no tiene raíz, se pudre.
Mientras plasmo fundamentos escucho en mis oídos las voces que se reproducen en las regiones celestes, ellos son los que llevan al laberinto del síndrome espiritual de Peter Pan a las mentes sin armaduras, esos murmullos que no se ven, cuestionan lo incuestionable, buscan letras chicas fuera de la palabra para encadenar a los duplicados entendidos que tienen la mente enviciada por palabras errantes, son reclusos de las legiones que les sustentan curvadamente en lo sobrenatural para que ellos puedan justificar sus acciones escrita con acento tácito espiritual, esto son docentes asalariados, hablan de lo que no saben, el cayado no forma parte de su propiedad, son solo bultos en el evangelio pervertidos de la verdad.
Incomoda la senda antigua, pero es el camino a la salvación establecido, por eso nunca el hombre con la verdad, puede ser más importante que la misma verdad, nunca el resultimos puede estar sobre la obediencia, nunca las multitudes sin presencia puede estar sobre lo singular de Dios, nunca las instituciones puede estar sobre la ética eclesiásticas, nunca la sombra de formalismo del crecimiento puede estar sobre las redes del evangelismo y nunca ningún modismo en la fe, puede sustituir la palabra.
Por Alberto Segovia
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