HUBO UN TIEMPO...

...Hubo un tiempo, cuando éramos niños, en el cual creíamos que éramos unos genios y que podíamos lograr cualquier cosa que quisiéramos, lo que sea. Cuando la maestra nos preguntaba: "¿Qué quieren ser cuando sean grandes?", ningún niño de 7 u 8 años respondía: "Peón de albañilería" o "Repositor de supermercado". Eramos "Astronautas", "Policías", "Astros del fútbol", "Artistas", "Princesas". Pero luego la vida y los mediocres te van presionando para que seas como todos los demás, como el "resto", una copia al carbón de la mayoría.
Y ni hablar de nosotros los cristianos: tenemos que hablar igual, vestir igual, pensar igual, predicar igual y cantar igual...porque de otro modo "no es Bíblico". Hace años he decidido que no quiero ser parte de un grupo de ovejas clonadas. Desde la cuna a la tumba nos presionan para que seamos "normales", pero resulta que Dios siempre usa a los "raros".

Me gusta la escena en la que Rocky Balboa se está ablandando, se está refinando. Logró la fama en el boxeo y perdió el fuego con el que peleaba. Mickey, su entrenador le dice a Rocky: "Muchacho, te pasó lo peor que le puede pasar a cualquier peleador: te civilizaste".

Los únicos "civilizados" eran los fariseos. Juan el bautista no se dejaba domesticar, y los discípulos mucho menos.
Hazme un favor: No dejes que te civilicen. Dios usa a los raros, a los locos y a los que no tienen miedo a hacer el ridículo...