(S.MATEO 18:2-4)
Los verdaderos y grandes líderes de toda la historia humana se han caracterizado por su gran humildad.
Ellos nunca sucumbieron a la tentación de ser superiores a los demás en muchos aspectos diarios.
Quienes no lo eran en humildad pronto fueron presa de el orgullo y la soberbia, sinónimos de autodestrucción.
*El orgullo destruye al portador.
*La soberbia es arma contra los demás.
"Atrás de un líder lleno de soberbia, solamente lo sigue el resentimiento de sus seguidores...", y: "un reino dividido contra sí mismo, no puede permanecer...". (S.MARCOS 3:24).
Las anteriores arriba, fueron las palabras del GRAN LÍDER DE LÍDERES, nuestro Señor Jesucristo.
Somos probados, y hasta peligramos, cuando las cosas van bien y logramos materializar nuestros sueños. Porque es fácil caer en el orgullo y la soberbia al creer que por nuestros propios méritos y esfuerzos somos dirigentes de algo o alguien, cuando de hecho es la mano benevolente de Dios, y del equipo de trabajo que Él nos acercó para lograr el triunfo.
Cuidemos pues de no caer en el grave error de Nabucodonosor que no supo dar por esto gloria a Dios
(DANIEL 2:20-23; 4:29-33)
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