miércoles, 9 de mayo de 2012

EL MATRIMONIO ES UN TRANSPLANTE MISTERIOSO

(Efesios 5:29-33).

Ni siquiera el más experimentado de los médicos puede predecir si el órgano que se le va a trasplantar a un paciente va a ser admitido o rechazado por ese nuevo organismo. Lo único viable es hacer una minuciosa observación postoperatoria para valorar si el trasplante fue o no exitoso.

Hay otra operación en la cual dos organismos se unen a tal punto que llegan a ser un solo hueso y una sola carne. Es un trasplante tan complejo que se hace impredecible determinar con exactitud si dicha unión será o no exitosa. Esa fusión es de carácter espiritual y se llama: el matrimonio.

Es una institución creada por Dios y en la cual hay tanto por descifrar que el mismo apóstol Pablo, quizá el mortal al que más se le revelaron verdades de la Biblia, llegó a confesar que ese asunto de que un hombre y una mujer lleguen a ser una sola carne es un “misterio tan grande”, que él prefiere tratarlo sólo como una ilustración de lo que es la unión entre Cristo y la iglesia.

Y así como el médico no puede predecir con exactitud si un trasplante será o no exitoso, tampoco ningún ministro cristiano podrá predecir si la pareja que tiene en frente para casar será exitosa en la fusión de sus huesos y carne.

Porque según la Biblia cuando un hombre y una mujer se unen en el santo vínculo del matrimonio deben dejar padre y madre para formar su propio nido y unirse al punto de no ser dos, sino uno, un solo hueso y una sola carne.

Y ese trasplante de huesos y carne se inicia a partir de unos enlaces civil y espiritual. El civil es ante las leyes, al fundar la sociedad conyugal, y el espiritual es ante Dios, cuando hacen un pacto de sangre, como el de Cristo y la iglesia. Esto puede sonar “místico” pero es serio y fascinante, aunque no se puedan explicar los detalles.

El hecho es que casarse es unirse en uno solo, no dos, sino uno. Y así como el paciente al que se le trasplantó un riñón no dice que anda con riñón prestado, ningún casado puede decir que anda con una extraña, sino con una parte integral de él mismo.

Pero atención, aunque el médico no puede predecir si un trasplante será exitoso o no, si puede evitar un desastre al determinar anticipadamente si un donante es compatible o no con su paciente.

En la Biblia también se advierte sobre algunas incompatibilidades, siendo la mayor el que un cristiano no deba casarse con un no cristiano.

Y hay otras más que pueden detectarse través de un proceso que lleva tiempo y se llama: el noviazgo.
 
de Donizetti Barrios

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