lunes, 6 de mayo de 2013

BOLETA DE CALIFICACIONES.

Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo -“No olviden venir a la reunión de mañana, es obligatoria - fue lo que la maestra me había dicho un día antes.

-“¡Pues qué piensa esta maestra! ¿Cree que podemos disponer fácilmente del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera lo importante que era la reunión que tenía a las 8:30.

De ella dependía un buen negocio y... ¡tuve que cancelarla!

Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No recuerdo qué dijo, mi mente divagaba pensando cómo resolver ese negocio tan importante, ya me imaginaba comprando esa nueva televisión con el dinero que recibiría.

Juan Rodríguez!” -escuché a lo lejos -“¿No está el papá de Juan Rodríguez?”-Dijo la maestra.
“Sí aquí estoy”- contesté pasando al frente a recibir la boleta de mi hijo.

Regresé a mi lugar y me dispuse a verla. -“¿Para esto vine? ¿Qué es esto?” La boleta estaba llena de seises y sietes. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las porquerías de calificaciones que había obtenido mi hijo.

De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba:

“Pero ¡si le doy todo! ¡Nada le falta! ¡Ahora sí le va a ir muy mal!” Llegue, entré a la casa, azoté la puerta y grité: -“¡Ven acá Juan!” Juan estaba en el patio y corrió a abrazarme. -“¡Papá!” -“¡Qué papá ni que nada!” Lo retiré de mí, me quité el cinturón y no sé cuantos azotes le di al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él. “¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!!”-Terminé.

Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.

Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se metió a la cocina.

Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa se acercó y entregándome la boleta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco, me dijo:

-“Léele despacio y después toma una decisión...”. Al leerla, vi que decía: BOLETA DE CALIFICACIONES Calificando a papá:

Por el tiempo que tu papá te dedica a conversar contigo antes de dormir: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para jugar contigo: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ayudarte en tus tareas: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica saliendo de paseo con la familia 7
Por el tiempo que tu papá te dedica en contarte un cuento antes de dormir 6
Por el tiempo que tu papá te dedica en abrazarte y besarte 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ver la televisión contigo: 7
Por el tiempo que tu papá te dedica para escuchar tus dudas o problemas 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para enseñarte cosas 7

Calificación promedio: 6.22

Los hijos habían calificado a sus papás. El mío me había puesto seis y sietes (sinceramente creo que me merecía cincos o menos) Me levanté y corrí a la recamará de mi hijo, lo abracé y lloré. Me hubiera gustado poder regresar el tiempo... pero eso era imposible. Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: -“¡Te quiero papito" Cerró sus ojos y se durmió.

¡Despertemos papas! Aprendamos a darle el valor adecuado aquello que es importante en la relación con nuestros hijos, ya que en gran parte, de ella depende el triunfo o fracaso en sus vidas.

¿Te has puesto a pensar que calificaciones te darían hoy tus hijos? Esmérate por sacar buenas calificaciones...

sábado, 4 de mayo de 2013

NO TE ENOJES, SI SE QUEMA TU CHOZA

Zarpó un barco a alta mar, iban 20 hombres, era un viaje de 50 días; entre ellos se encontraba un Cristiano de quien se burlaban a bordo. Un Marinerito Cristiano.

Una noche estallo la caldera y se hundió el barco sobreviviendo solo el fiel Cristiano, pudiendo llegar a una pequeña isla desierta.

Oraba pidiendo a Dios que lo rescatara, miraba el horizonte buscando ayuda, pero ésta no llegaba, cansado, construyo una pequeña choza para protegerse.

Un día se fue a pescar y regreso corriendo al ver que se quemaba su choza y no pudo salvar nada, después de haber perdido todo, anduvo vagando en la isla como sonámbulo, ya sin esperanza. El náufrago confundido y enojado con Dios, le decía:

¿Cómo pudiste hacerme esto?, y se quedó dormido.

A la mañana lo despertó el sonido de la sirena de un barco se acercaba a la isla. ¡Venían a rescatarlo!

Al llegar les preguntó:

¿Cómo sabían que yo estaba aquí?

Y ellos les respondieron: "Vimos las señales de humo que nos hiciste...“

Es fácil enojarse cuando las cosas van mal, pero no debemos perder la Fe, Dios trabaja en nuestras vidas en medio de las pruebas, para darnos crecimiento espiritual y más Fe en Él

Recuerda la próxima vez que tu choza se queme. Puede ser simplemente una señal de la GRACIA de DIOS.

Por todas las cosas negativas que nos pasan, debemos decirnos a nosotros mismos:

DIOS TIENE SIEMPRE UNA RESPUESTA POSITIVA, PARA TODAS LAS COSAS NEGATIVA

“Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito”. Romanos 8:28 PDT